Como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser una luz en medio de la incertidumbre y a defender la dignidad de quienes buscan un hogar en medio de los llamados a la deportación.
Por Adriana Celis y Marco Güete
La Migración y los Cambios en la Política de los Estados Unidos
El inicio de un nuevo año trae consigo cambios significativos en el panorama político de los Estados Unidos, con nuevas medidas que podrían impactar profundamente a la comunidad migrante. Entre ellas, se han anunciado políticas más estrictas en materia de inmigración, incluyendo posibles deportaciones masivas. Esto genera incertidumbre y plantea muchas preguntas: ¿qué dice la Biblia sobre la migración? ¿Cómo pueden protegerse las comunidades? ¿Existe aún esperanza?
La migración desde una perspectiva bíblica
La Biblia está llena de relatos sobre migración, desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento. Estos relatos no solo narran los desplazamientos del pueblo de Israel en busca de una vida mejor, sino que también reflejan cómo Dios extiende su amor y compasión hacia los migrantes.
En el Antiguo Testamento, muchas personas abandonaron sus tierras en busca de alimento y refugio, mientras otras huyeron de conflictos y persecuciones. Un ejemplo clave es Jesús mismo: siendo niño, su familia tuvo que huir a Egipto para escapar de la persecución del rey Herodes (Mateo 2:13-15). Esta historia convierte a Jesús en un símbolo de esperanza y refugio para quienes enfrentan desplazamientos forzados.
La Biblia nos llama a ser solidarios y a recibir al inmigrante con dignidad, compasión y respeto. En tiempos desafiantes, ser apoyo para los más vulnerables no es solo un acto de generosidad, sino un llamado de fe.
Los nuevos cambios y sus implicaciones
La migración hacia los Estados Unidos ha aumentado en las últimas décadas debido a la búsqueda de refugio y mejores oportunidades. Sin embargo, este fenómeno también ha generado intensos debates sobre la seguridad fronteriza y las políticas migratorias. Mientras algunos defienden la necesidad de regular la inmigración, otros recuerdan que Estados Unidos es una nación construida por inmigrantes que han contribuido al crecimiento de su economía y sociedad.
Ante la posibilidad de nuevas medidas más estrictas, la incertidumbre crece entre las comunidades migrantes. Muchas familias temen por su futuro y se preguntan qué pasos deben seguir. En medio de estas preocupaciones, la fe nos recuerda que, aun en las dificultades, Dios sigue siendo Dios: protector de los débiles y fuente de esperanza en tiempos difíciles.
Fortalecidos en la fe: una respuesta de esperanza
En la historia de la Biblia, muchas veces el pueblo de Dios enfrentó desafíos aparentemente insuperables. Un ejemplo inspirador es el de los israelitas al llegar al Mar Rojo, perseguidos por el ejército egipcio. El miedo se apoderó de ellos, pues veían que no había salida. Sin embargo, en ese momento crucial, Dios abrió el mar y les dio un camino de escape seguro (Éxodo 14:21-22).
De manera similar, los migrantes de hoy enfrentan desafíos que parecen imposibles de superar. Sin embargo, así como Dios abrió un camino para su pueblo en el pasado, sigue obrando en la actualidad. La clave es mantener la fe, confiar en Su propósito y apoyarse en la comunidad de creyentes para encontrar fortaleza y esperanza.
La respuesta de las comunidades de fe
Las comunidades de fe tienen un papel crucial en estos tiempos. Es necesario levantar “murallas espirituales” y equiparse con la armadura de Dios (Efesios 6:11) para apoyar a quienes serán afectados por los cambios en las leyes migratorias. Algunas acciones concretas incluyen:
- Establecer espacios de refugio y apoyo comunitario para familias inmigrantes.
- Ofrecer asesoría legal gratuita y orientación sobre derechos y recursos disponibles.
- Fortalecer la red de apoyo entre iglesias y organizaciones de fe para acompañar a quienes enfrentan situaciones de vulnerabilidad.
El temor y la incertidumbre pueden paralizar, pero la fe nos da fortaleza. Como nos recuerda 2 Timoteo 1:7, «Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio».
Un llamado a la acción
Los cambios en la política migratoria representan un desafío para muchas familias, pero también son una oportunidad para que las comunidades de fe demuestren solidaridad y amor al prójimo. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser luz en medio de la incertidumbre y a defender la dignidad de aquellos que buscan un hogar.