Marisol Cardona es una mujer menonita yuna mujer latinoamericana que, con su historia de fe, coraje y servicio, inspira a quienes la rodean.
por Adriana Celis
Marisol Cardona, una mujer colombiana nacida en la bella y calurosa ciudad de Cali, ha llevado consigo la esencia de su tierra natal en cada paso de su vida. Creciendo entre el calor tropical y los contagiosos ritmos de salsa, Marisol descubrió que la vida se disfruta mejor al compás de una buena canción como -Cali Ají- interpretada por el Grupo Niche. Para ella, cada paso de baile no solo ha sido una celebración, sino una metáfora de su propia travesía:
«Cada pisada nos acerca un poco más a nuestro destino».
Así, cada decisión, prueba y oportunidad que ha enfrentado a moldeado su carácter, convirtiéndola en una mujer de espíritu resiliente que nunca se ha rendido ante las dificultades. Su fe en Cristo ha sido su ancla en los momentos más desafiantes de su vida.
Hoy, desde los verdes y frescos días en la pequeña ciudad de Goshen, Indiana, Marisol reflexiona sobre su recorrido. La vida la ha llevado lejos de su ciudad natal, pero su misión de servir permanece intacta. Como migrante, ha encontrado un propósito profundo en su trabajo y en el servicio a su comunidad. Con una sólida formación en psicología en la Universidad de San Buenaventura de Cali y una especialización en Gerencia del Talento Humano, Marisol siempre se ha preparado para impactar el área organizacional y social. Sin embargo, su verdadero llamado ha trascendido las estructuras laborales, encontrando sentido en su fe y en la capacidad de acompañar a otros en su camino espiritual.
Trabajar en Goshen College y servir en la College Mennonite Church le ha brindado la oportunidad de seguir desarrollando sus principios de vida, como son la integridad y la compasión. Cada domingo, con intención y proactividad, aporta a su comunidad lo mejor de ella a través del trabajo en equipo en el área de audiovisuales, liderando y entrenando un grupo de voluntarios en esta innovadora área. En el mismo orden de ideas, la predicación ha sido su fuerte en los últimos años. Marisol es una mujer que vive lo que predica, cuando habla del amor al prójimo y la compasión es porque mucho antes lo ha vivido. Lo que genera que su predicación se extienda más allá de las cuatro paredes de la iglesia e impacte no solamente a la comunidad latina de su comunidad de fe, sino de Goshen con su ejemplo de vida. Al ser psicóloga, entiende que las emociones y los comportamientos humanos son parte del día a día, pero ha sido su fe en Cristo la que le ha dado la fuerza para enfrentar los desafíos de ser migrante.
Su vida en los Estados Unidos comenzó en el año 2019 en Florida. Tiempo aquel de pruebas económicas y emocionales tanto para ella como para su esposo, Cristian Alemán. Sin embargo, nunca les faltó lo esencial, pues siempre sintieron la mano de Dios guiándonos y el apoyo de su iglesia local. Marisol no emigró en busca de un futuro económico mejor, sino por amor. La fe ha sido su brújula y, a pesar de las dificultades, jamás ha dejado de confiar en el plan que Dios ha tenido para ella.
En su nuevo hogar, Marisol ha florecido como una flor en primavera. Adicionalmente, como consejera de Admisiones en Goshen College su trabajo ha dado frutos significativos al asesorar a jóvenes migrantes para que tengan la oportunidad de estudiar en el College y se puedan forjar un mejor futuro. También en el tiempo que sirvió como Líder Interina del Ministerio de Jóvenes en su iglesia en el año 2023, su misión fue liderar y guiar con humildad e integridad a muchos jóvenes para que llegarán a los pies de Cristo.
Sin lugar a dudas, no solo ha sido su resiliencia la que la ha llevado a adaptarse a un nuevo país, sino también cómo ha enfrentado sus batallas personales. El paso de un doloroso proceso de un divorcio, que sacudió su vida, le enseñó a apoyarse más que nunca en Dios, quien fue su consuelo y fortaleza.
Ahora, junto a su esposo Cristian, han encontrado un camino de comunicación abierta y apoyo mutuo que les ha permitido enfrentar los retos de la vida con renovada esperanza. Ser una mujer menonita y latinoamericana en un entorno culturalmente diverso le ha permitido aprender y aportar desde una perspectiva única la consejería a través de la psicología. Allí Marisol ha comprendido la verdadera generosidad y el valor de cuidar a los demás, cualidades que en su fe menonita siempre ha promovido.
En el mismo sentido, ser resiliente no ha sido fácil, pero su fe anabautista le recuerda constantemente que, con confianza en Dios, todo obstáculo puede superarse.
Marisol no solo es una mujer menonita, sino también una mujer latinoamericana que, con su historia de fe, coraje y servicio, inspira a quienes la rodean. Aunque su vida está lejos de ser perfecta, es un testimonio vivo de lo que puede lograrse cuando la fe, el equilibrio y el compromiso caminan de la mano.
Algunos testimonios dan fe de su compromiso:
Madeline Maldonado, pastora de alcance a Latinoamérica de la iglesia College Mennonite Church y amiga de Marisol, afirma que «Marisol es una persona de carácter firme. Ella es extremadamente responsable en los trabajos que hace con gran amor y compromiso. La cuales se ven reflejados en sus responsabilidades que se le piden asumir, también es bien organizada en todo lo que hace».
La pastora Pamela Yoder de la iglesia College Mennonite Church describe a Marisol «como una joya. Como líder es atenta, llena de compasión, organizada y motivadora. Su don para escuchar y cuidar a los demás refleja su corazón para servir a Dios y a su prójimo».
Cristian Alemán, su esposo, afirma que Marisol es inigualable: «como amiga, se puede reír, llorar y disfrutar de la vida al máximo. Como esposa es excepcionalmente amorosa, atenta y leal. Marisol posee cualidades únicas de liderazgo que, unidas a su profunda fe, la convierten en una mujer que marca la diferencia en cada espacio en el que se encuentra»